Y en el caso del acuerdo de
Liverpool con Nike, que finalmente comenzó el 1 de agosto después de un retraso inducido por el coronavirus, las primeras señales son que sí.
El gigante estadounidense de la ropa deportiva está encantado con las cifras de ventas iniciales de su primera equipación para el hogar de los
Reds, lo que sugiere que está en camino de convertirse en la más vendida de todos los tiempos, un récord establecido por el esfuerzo final de New Balance la temporada pasada.
De hecho, incluso con la red de distribución festejada de Nike, Liverpool no ha podido satisfacer la demanda (algo que, para ser justos, culpan a las condiciones de trabajo de Covid-19 y una ventana de reserva más corta).
Todas estas son, sin duda, noticias positivas para los campeones, que negociaron una participación del 20 por ciento de las ventas netas de toda la mercancía como parte del acuerdo, y su nuevo fabricante de kits.
Pero, como suele ocurrir en el fútbol, es difícil deshacerse de la sensación de que la única parte que no se ha beneficiado de este último desarrollo son los aficionados.
El
primera camiseta Liverpool 2020-2021 trae como base la nueva plantilla, en el tradicional color rojo, con énfasis en las “huellas dactilares” en relieve en los laterales, que aparecen en el modelo de juego.
La gran novedad es la presencia del color verde junto al blanco en el escote de pico, puños y bandas laterales. La explicación del color proviene de Liverbird y también aparecerá predominantemente en el kit de reserva.
Nike imprime el Swoosh en blanco en el lado derecho del pecho, mientras que el grifo se coloca en el lado izquierdo, en el mismo color, junto a las siglas LFC. Los lados del kit tienen una línea recta blanca.
En la parte posterior del cuello, se ve el símbolo tradicional que recuerda a los muertos en la tragedia de Hillsborough. La numeración y los nombres de los deportistas también adquieren el color blanco.
